En la Galicia del siglo pasado, Álvaro es el señor del pazo y las tierras que lo circundan en donde nace Marcela, fruto de una relación extramatrimonial, que es abandonada por su madre nada más nacer.
Es criada por la vieja Ermitas, que había sido la niñera del señor del pazo, por lo que goza de su total confianza.
Pasa el tiempo y Álvaro se enamora de la salvaje Marcela, que accede a casarse con él por no desobedecer a su señor, pero en aquella época el abismo que había entre distintas clases sociales era tan inmenso que un matrimonio tan desigual era prácticamente inviable.
No era sólo la diferencia de status o de cultura lo que marcaba las distancias entre la pareja, era algo más profundo que la autora va enseñando con verdadera maestría.
Lo mejor, el protagonismo que tiene el paisaje en la historia, aunque no es la novela de tipo costumbrista una de mis preferidas.
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