Salvatore Roncone ,viejo y curtido campesino calabrés, llega a Milán, a casa de uno de sus hijos, para someterse a unas pruebas médicas.
Cuando conoce a su nieto de pocos meses, va a ir sufriendo una metamorfosis en su carácter y en su forma de ver la la vida arrebatado por el amor hacia esa pequeña criatura, amor que cada día se hace más intenso y profundo.
Una historia en la que Sampedro nos sumerge y en la que vamos apreciando todos los cambios que, con gran asombro por su parte, se van produciendo en el viejo partisano.
Es la segunda vez que leo este libro y me ha encandilado tanto o más que la primera.
Un canto sublime al amor en todas sus facetas.