El protagonista, Winston, es uno más de los muchos técnicos que trabajan para el sistema en una futura sociedad imaginaria en la que la libertad, la individualidad, las relaciones personales, los sentimientos han sido anulados y todos loa habitantes están vigilados permanentemente por el Gran Hermano, incluso hasta en la intimidad de los hogares.
Wuinston se atreve a desafiar al sistema y, después de cierto tiempo en el que cree que lo ha burlado, es apresado y torturado hasta que vuelve a la "buena senda" tanto en sus actos como en su pensamiento.
Una novela terrible, apocalíptica que no deja lugar al más mínimo optimismo sobre el futuro de la humanidad en libertad.
Me quito el sombrero ante el ingenio de Orwell por ser capaz de imaginar ese tipo de sociedad y, sobre todo, por su apéndice final sobre la "neolengua" que se habla en su sociedad de 1984.
En esta novela de madurez Isabel Allende nos cuenta la vida de varias generaciones de una familia acomodada de San Francisco, los Velasco, aunque el eje sobre el que se entretejen las otras historias son los amores clandestinos de Alma Velasco y el jardinero de la familia, el japonés Ichimei.
Para mí, fantástica, como todas las novelas de esta escritora. Con su humor y delicadeza trata temas tan terribles y/o tabúes como la eutanasia, la pornografía infantil, la homosexualidad, las distintas relaciones de pareja, ...
En la Córdoba del siglo XII un famoso médico oculista, Al-Gafequi, y su fiel ayudante-aprendiz, Abdallah, tendrán que averiguar qué asesino se esconde tras una serie de inexplicables muertes entre lo más granado de la sociedad cordobesa, empezando por la del gran visir.
Está bien, entretenida, pero no me enganchó como otras.
La historia, ambientada en un pueblecito sueco, empieza cuando una chica, secuestrada días atrás, aparece medio desnuda en pleno bosque ciega, sorda y muda a causa de las torturas a las que ha sido sometida.
Una novela interesantísima de principio a fin.
No me cabe duda que repetiré alguna novela más de esta autora que antes de esta obra ni sabía que existía.
