Attua y Cristela son dos jóvenes profundamente enamorados que viven en un pueblecito perdido de Los Pirineos.
La muerte del padre de Attua trunca todos los planes de futuro que la pareja había hecho y los separa fatídicamente.
A ello contribuye, y mucho, los convulsos acontecimientos que tienen lugar en España a mediados del siglo XIX, época en la que está ambientada la novela.
Attua se ve obligado a regentar la ruinosa casa de baños que mantiene a duras penas a su familia y Cristela tiene que huir a Francia al ser acusada de un crimen que no cometió.
Es una novela entretenida, aunque un poco fatalista, con alguna que otra pincelada de cuento de hadas y que tiene un final agridulce.
Luz Gabás es una autora que no logra entusiasmarme y eso que no es la primera novela que le leo. La dejaría en un "está bien" y nada más.
Esta vez la Inspectora Delicado y Fermín tienen que investigar el asesinato de un mendigo que ha aparecido muerto con señales evidentes de violencia en un banco de un parque.
Sin testigos, sin identificación, sin nombre ni documentos, el caso se presenta harto difícil y se va complicando por la aparición de más cadáveres.
En lo personal, Petra inicia una relación con un psiquiatra que conoce durante la investigación y Fermín recibe la visita de su hijo homosexual, afincado en EEUU, que viene a presentarle a su pareja.
En fin, tiene todos los ingredientes para engancharte.
Me gustó mucho más que "Serpientes en el paraíso".
La protagonista, Florence Green, vive en un pequeño pueblo costero bastante apartado del mundo.
En un edificio que lleva mucho tiempo abandonado decide montar una librería, pero pronto se encuentra con la resistencia de las fuerzas vivas del pueblo que no ven la necesidad de semejante establecimiento.
Fiel reflejo de la vida en una pequeña y cerrada comunidad tras el fin de la II Guerra Mundial, no es un libro fácil de leer, ya que los personajes y las situaciones son muy peculiares.
La protagonista, Julia Jarmond, periodista norteamericana afincada en París, recibe de su jefe el encargo de hacer un trabajo sobre los judíos franceses que, en el verano de 1942, fueron arrestados en París por la gendarmería francesa y confinados en el Velódromo de Invierno para, finalmente, ser conducidos a Auschwitz.
De entre todos los detenidos, le llama especialmente la atención Sarah, una niña de 10 años que encierra a su pequeño hermano Michel en un armario para protegerlo y se lleva consigo la llave.
Una historia conmovedora, muy bien contada, que vuelve a narrar el horror del exterminio nazi, esta vez con la ayuda del régimen de Vichy, que quiere ser un homenaje y un recordatorio de las víctimas del Holocausto.
Louis Waters y Addie Moore son mayores, viudos y vecinos desde hace años.
Un día Addie, cansada de estar sola, le propone a Louis que vaya a dormir con ella para charlar y hacerse compañía mutua.
Aunque un tanto asombrado, Louis accede y empiezan una relación que se va haciendo más y más íntima y en la que no dejan tema sin tocar, con lo que la pareja se va consolidando y eso es algo que no todos los vecinos aceptan de buen grado y aún menos el hijo de Addie.
Novela hermosa y demasiado breve que rezuma ternura por todas partes.
En esta segunda entrega de la trilogía de la ciudad blanca, con la subinspectora Alba embarazada y Unai afectado de una afasia a causa de la bala que le penetró en el cerebro, el equipo recibe la noticia de la aparición del cadáver de una joven embarazada que parece haber sido víctima de un ritual de hace más de dos mil años.
La víctima resulta ser Ana Belén Riaño, famosa dibujante de cómics y antigua novia de Kraken.
Luego se desvelan más asesinatos, todos relacionados con el pasado de Kraken, con lo cual hay que volver a la adolescencia de Unai y así la historia es contada en dos tiempos distintos.
Ta interesante o más que la primera. Estoy deseando leer la tercera y última entrega.
