Ambientada en la Barcelona de principios del siglo XX, cuenta la historia del pintor Dalmau Sala, hijo de un anarquista ajusticiado, y de su novia Emma, activa militante en las manifestaciones que por aquel entonces se sucedían sin cesar en la capital catalana para reivindicar mejoras en la vida de la esforzada clase trabajadora, duramente explotada por sus patronos.
Todo esto teniendo como fondo la construcción de los edificios de la Barcelona modernista, en los que se recrea con exceso total.
Es el libro que menos me gustó de este autor. Está lleno de excesos de todo tipo, con demasiados estereotipos y mucho maniqueísmo.
Un tostón.