Cuando Rodrigo Díaz de Vivar hace jurar al rey Alfonso VI que no tuvo nada que ver en la muerte de su hermano Sancho ante la corte castellana, se ganó la animadversión del rey
Así, poco después Rodrigo fue desterrado por Alfonso de tierras castellanas y, con un puñado de fieles, tuvo que buscarse la vida en las distintas fronteras que había por aquel entonces en la Península.
Combatiendo al servicio del rey moro de Zaragoza fue forjando su leyenda de Cid Campeador.
Me gustó cómo trata Pérez-Reverte la figura del Cid y también cómo refleja la dura vida de los caballeros de fortuna y sus mesnaderos.
No siendo este autor uno de mis preferidos, he disfrutado con la lectura de este Sidi.
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