Esta historia está basada en unos hechos reales.
El 23 de octubre de 1980 cincuenta alumnos de entre cinco y seis años , además de tres adultos perdieron la vida como consecuencia de una explosión de gas propano en un colegio de Ortuella, en el País Vasco.
Aramburu nos narra los hechos a través de una familia a la que tocó sufrirlos en sus propias carnes con las vivencias de su padre, su madre y su abuelo materno.
Fundamentalmente desde el sufrimiento de esa madre con su hijo único y del abuelo, que se niega a vivir la realidad de un nieto muerto y vive en una realidad paralela.
Una novela muy emotiva donde los hechos y los personajes son tratados con suma delicadeza.
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