La historia comienza con la llegada al Parador del Monasterio de Santo Estebo de Ribas de Sil, en plena Ribeira Sacra, del protagonista, Jon Bécquer, profesor de Antropología en la Autónoma de Madrid e investigador en busca de obras de arte desaparecidas.
Por su cuenta se embarca en la búsqueda de unos anillos episcopales, supuestamente desaparecidos en la zona del Monasterio desde hace caso doscientos años.
A poco de llegar Jon al Parador aparece el cadáver de Alfredo Comesaña, un joven del lugar que sabía la búsqueda de los anillos y quería hablar en privado con el investigador.
En paralelo, la autora nos cuenta la accidentada relación que mantuvieron, en el pueblo de Santo Estebo a principios del siglo XIX, Marina, hija del médico del Monasterio, y Franquila, aprendiz en la botica del mismo establecimiento religioso.
Un libro interesante y entretenido. Muy bien documentado y ambientado, en el que se puede apreciar claramente el amor de la autora por Galicia.
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