Estocolmo vuelve a ser, en vísperas de las fiestas navideñas, el escenario de una investigación que comienza con una siniestra amenaza al ministro de Justicia y el hallazgo de una pila de huesos en el metro de la ciudad. Y todo apunta a que pertenecen a un importante agente financiero.
La inspectora Mina Dabiri y sus compañeros de departamento se verán puestos a prueba con una investigación que parece no tener un desenlace sencillo
. Cuando las pistas empiezan a escasear, la policía decide recurrir al mentalista Vincent Walder. El tiempo corre en contra de Mina y Vincent, que deberán llegar hasta el límite para descifrar la mente del enemigo más perverso que jamás han conocido.
Una historia con tensión hasta la última página, pero Camila no es una de mis autoras preferidas.
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