Gabriele, que vive y trabaja en Barcelona, recibe la noticia de que su madre está muy mal y rápidamente regresa a su pueblo en la Sierra de Gredos, pero su madre fallece cuando ella aún está en camino.
Gabriele se ve obligada a convivir con su padre, al que siente un desconocido tras años de distanciamiento. Pero, tras la carta que le dejó su madre, comprende que su padre no es el ser detestable que ella construyó en su mente e intentará acercarse a él.
Hay también un rico plantel de personajes secundarios que serán muy importantes en el desarrollo de la historia.
Bien narrada, con personajes muy bien definidos y que resulta de fácil lectura, pero es bastante lacrimógena y tiene un final poco creíble.
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